1.- Participar de la Eucaristía es celebrar el mandato de Jesús: “Haced esto en memoria mía”
2.- Ir a Misa es seguir la estela de los santos y de los cristianos consecuentes. ¿Conoces alguno de ellos que no viviera de la Eucaristía?
3.- La Misa no es un invento de la iglesia que pueda cambiar con los tiempos. La Misa es corazón del Evangelio. Ya nos lo dijo Jesús: “Esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros. Esta es mi sangre que se derrama por vosotros”
4.- Ir a Misa no es solo una obligación o una costumbre. Es un gozoso deber interior. En la Eucaristía te encuentras con Cristo vivo, en medio de nosotros. En la Eucaristía te encuentras con los hermanos, con quienes compartes las mismas esperanzas y dificultades: “Donde dos o más se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos", nos dice Jesús.
5.- La Misa es ocasión privilegiada para escuchar la Palabra de Dios. ¿Puede el discípulo seguir a su maestro sin conocer lo que dijo e hizo, sin escuchar y acoger su palabra? “Desconocer la Escritura es desconocer a Cristo”, nos advierte San Jerónimo.
6.- Eucaristía quiere decir acción de gracias. ¿No tienes nada que agradecer? Recuerda que” de bien nacidos es ser agradecidos”, como dice el refranero.
7.- La Eucaristía nos alimenta y fortalece. “Si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su Sangre no tenéis vida en vosotros”.
8.- Ir a Misa es prepararse para la misión. ¿Sabías que la despedida de la Eucaristía es una llamada a ser misionero?
9.- Sin la Eucaristía, sin la Misa no existen ni la caridad ni la solidaridad. ¿Sabes de dónde sacaba fuerzas la beata Madre Teresa de Calcuta?: de la Eucaristía.
10.- Por todo ello, al igual que los mártires de Abitene, en el alba del cristianismo, tampoco nosotros podemos vivir sin el domingo, tampoco nosotros podemos vivir sin la Eucaristía.
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