jueves, 19 de julio de 2007

22 de julio. Domingo XVI


Ora et labora
“El Señor le contestó: Marta, Marta: andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor y no se la quitarán” (Lc 10, 38-42)
El Evangelio nos propone ahora no una parábola sino el relato de la estancia de Jesús en casa de Marta y María. Este texto nos muestra no sólo dos modelos de mujer, sino dos maneras diferentes de comportarse ante Dios, así como ante la vida misma. Uno de esos modelos es la Marta inquieta y activa, y el otro es la María que reza y escucha. Desde nuestra espiritualidad del agradecimiento, precisamente por que está basada en la imitación de la Virgen María, tenemos que intentar unir los dos modelos, porque lo que de verdad nos importa es amar para expresarle el Señor nuestra gratitud. Lo que pasa es que amar significa en unas ocasiones rezar e ir a misa y, en otras, trabajar y hacer obras de caridad o de apostolado. Por amor habrá que ser diligente y laborioso, como lo fue Marta. a la vez, también por amor, habrá que ser contemplativo, como María. El que ama, reza. Pero, a la vez, el que ama trabaja.
Propósito: No dejar la oración personal ni un sólo día, pase lo que pase. Procurar la misa diaria y la confesión frecuente. Estar atentos a las necesidades de los que nos rodean.

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