domingo, 15 de julio de 2007

Domingo XV: Sólo vale el amor. 15 julio


“¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos?. El letrado contestó: El que practicó la misericordia con él. Le dijo Jesús: Anda, haz tú lo mismo” (Lc 10, 29-37)
La parábola del buen samaritano nos pone ante los ojos un ejemplo clásico de lo que Jesús considera un buen modelo de comportamiento. Esa parábola tenía, además, una segunda lectura, pues el protagonista era “samaritano”, un hombre perteneciente a una raza despreciada por los que se consideraban el “pueblo elegido”. La lección es sencilla: se es “pueblo elegido” sólo si se ama. El amor no puede ser sustituido ni siquiera por la oración y los sacramentos, cuando lo que Dios pide en un momento concreto es que se ayude al prójimo. Rezar, comulgar o confesarse son una manifestación de ese amor, pero no pueden considerarse como las únicas expresiones del amor, sobre todo a costa de olvidar las que hacen referencia a las necesidades del prójimo.
Propósito: Cuando veamos a alguien que necesita ayuda socorrerle con todas nuestras fuerzas, sin agobiarnos, pero siendo conscientes de que Cristo está en el prójimo necesitado y nos espera.

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